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Os voy a contar uno de mis viajes favoritos, y he tenido muchos os lo puedo asegurar, pero este fue a un lugar muy especial, fue a Tenerife, una ciudad que me encanta y adoro. Lo malo fue que se me rompió el coche de alquiler y acabé en  Desguaces Fotingo   por recomendación de la recepcionista de mi hotel. Una mañana perdida arreglando el cochecito de las narices porque en el «Rent a Car» no le quedaban más coches en la flota y no podían darme otro. Obviamente la reparación la pagaron ellos y la verdad es que fue sólo esa mañana porque, por suerte, la recepcionista tenía razón y en Desguaces Fotingo son muy buenos  y me arreglaron el problema en seguida.

La primera vez que viajé a las Islas Canarias fue con mis padres, hace unos 13 años. Yo entonces era pequeña, y los recuerdos que tengo, aunque bonitos, pero son ligeros. Salimos por la mañana del aeropuerto – entonces era Barajas a secas- de Madrid. Después de dos horas y pico de viaje, y de despertar de mi pequeña siesta ( método infalible que uso para no marearme en los aviones) me di cuenta, de cómo nos íbamos aproximando a Tenerife. No era difícil de imaginar, una enorme montaña se mantenía firme delante del avión, todos podíamos ver como el Teide nos iba dando la bienvenida a la que es su isla.

Después de aterrizar, un autobús nos llevó al hotel que se encontraba en el norte de la isla, que , para mi gusto, es la parte más bonita de todo Tenerife. El primer día lo dedicamos a ver toda la parte norte, varios pueblos que hay alrededor de la zona donde se encontraba el hotel. Se nos ocurrió contratar un coche, y la verdad fue muy buena idea porque nos movíamos por todos lados sin preocuparnos de nada más que de la gasolina y de cuál sería la próxima atracción turística que veríamos.

El segundo día nos fuimos a la bonita playa de las Teresitas, en la parte este de la isla. La curiosidad de esta playa, es que la arena que tiene viene del propio desierto del Sáhara, y es curioso de ver. A continuación, por la tarde nos recurrimos la parte sur de la isla ( en coche puedes ir de punta a punta de la isla en poco tiempo, no es muy grande en cuanto a extensión, y hay una carretera que va por la costa), hasta llegar a los Gigantes, unos acantilados, cuyo nombre da una pista del tamaño que tiene. La verdad es que es una de las mejores maravillas que la naturaleza me ha permitido disfrutar.

El tercer día lo dedicamos íntegramente a subir al Teide. Pensar que el Teide es la montaña más alta de España, y que tu estás ahí, subiéndolo ( aunque con ayuda del coche al principio, el último tramo ya subimos andando hasta donde se nos está permitido) es una sensación que hasta me cuesta explicar. Satisfactoria sin duda. Al final del todo tiene un teleférico que te sube hasta casi el pico.

Debe de ser increíble verlo en invierno todo nevado, aunque no me quiero imaginar el frío que debe de hacer ahí arriba, yo fui en verano y me perdí la nieve, pero cuando vuelva, lo haré cuando este nevado, debe de ser mágico.

Otro día lo dedicamos entero viendo el Loroparque, supongo que se puede comparar como si fuera el Zoo de Madrid, pero tiene especies de animales que el zoo no tiene, y espectáculos distintos claro. Recuerdo con una gran sonrisa la foto que me hizo mi padre, sentada enfrente de un cocodrilo… y el cocodrilo me no me quitaba el ojo de encima. Digo con una gran sonrisa porque recuerdo que estaba muerta de miedo a pesar de que había un cristal entre él y yo, pero era tan grande que daba la sensación de que en cualquier momento iba a romper el cristal para comerme o cualquier cosa,!cosas de niños supongo¡.

Ya, para finalizar, el último día por la mañana la dedicamos viendo el Drago milenario, un árbol que es digno de admirar, debido a la gran cantidad de años que tiene, y lo bien conservado que está. Por la tarde después de comer, nos dirigimos al aeropuerto. Ya volando, dirección a la península, empecé a sentir esa sensación de que ya extrañaba Tenerife, de que me gustaría quedarme más tiempo allí, porque estoy segura que aún tiene mucho que ofrecerme. Su gente es encantadora, de hecho nos ayudaron en varias ocasiones y la amabilidad les rebosaba por cada poro de su cuerpo.Sin duda os aconsejo ir a visitar esta magnífica isla, de la que podemos sentirnos orgullosos, no olvidemos otra fecha importante, los famosos carnavales de Tenerife.

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